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CAPÍTULO CUARTO: Una torre hacia los cielos[]

Y así, los Ninjas Garo fueron confinados del Reino de Ikana. Sin embargo, eso no impedía que el portal a Hyrule prosiguiera, con un ritmo cada vez más veloz. Pronto, las Diosas de Oro tendrían un serio problema... Muy pronto...

-Igos du Ikana: ¡Keeta, mi fiel ciervo, al fin llegas! Cuéntame, ¿Cómo va la torre?

-Keeta: Muy bien señor, a un ritmo impresionante. Pronto, Términa demostrará lo dolida que quedó por tal desconfianza.

-Igos du Ikana: Me alegro, sin embargo, existe un problema...

-Keeta: ¿Cuál?

-Igos du Ikana: Esos espías que intentaron regresar debido a el repentino cierre de su portal, no creo que se queden con los brazos cruzados. Ahora mismo, deben estar maquinando la mejor forma de detener la construcción de la Torre de Piedra.

-Keeta: No se preocupe mi Rey, el portal se encuentra en la zona más alta de la torre. Ellos tendrían que escalar una zona repleta de guardias que les lanzan rocas, aún con su agilidad, morirían al caer al vacío.

-Igos du Ikana: ¿Y si las Diosas de Oro restauran su portal? ¿Y si envían refuerzos a Términa?

-Keeta: ¡No tema Su Majestad! Tenemos vigiladas las catacumbas de los Ninjas. Ellos no pueden regresar allí, y si reactivan el portal y envían más fuerzas hylianas, las detendremos.

-Igos du Ikana: Aún así, pueden enviar cualquier figura divina a través del portal, algo que nosotros nunca podríamos detener...

-Keeta: Contamos con la bendición de los Cuatro Gigantes, y la Diosa del Tiempo nos acompaña. Por más fuerzas mágicas que posean, nunca podrían acabar con la magnífica combinación de nuestras Deidades y la maquinaria. ¡Y eso sin mencionar a nuestros soladados!

-Igos du Ikana: Lo veo muy optimista, Keeta. Pero yo he visto a Hyrule hacer cosas impresionantes, y después de todo, tienen magia muy poderosa. No me falle, o yo mismo tendré que ir a plantarle cara a los hylianos. 

-Keeta: ¡No se preocupe Señor! ¡Todo saldrá bien!

Pocos días después, finalmente, la Torre de Piedra estaba terminada. La invasión a Hyrule era iminente, y todos se preparaban para vengarse en nombre de los Cuatro Gigantes...

-Igos du Ikana: ¡Pueblo de Ikana, al cual he alimentado y visto expandirse, por fin ejecutaremos nuestro plan maestro! ¡¡¡Y QUE CONSTE, QUE VA EN NOMBRE DE TÉRMINA!!!

"""El pueblo aplaude y vitorea a su Rey"""

-Igos du Ikana: Y a tí, Keeta, para que no me falles, te encomiendo dos de los tesoros más grandes de la Familia Real de Ikana; la Máscara de Gigante y el Escudo de Espejo. Con ellos, serás una máquina imposible de aplastar, y repelerás los ataques mágicos de las Diosas de Oro.

-Keeta: Gracias, Su Majestad, con esto, nunca le fallaremos, y si morimos en el intento, le seremos fieles incluso después de muertos.

Sin más preámbulo, el ejército de Ikana... No, de Términa, partió hacia Hyrule.

-Keeta: Ha llegado el momento, en el piso superior, se encuentra el portal. Coman, beban y descansen. Luego atravesaremos el círculo mágico e iniciaremos la invasión.

Los Cuatro Gigantes obsevaban la Torre de Piedra desde el Reino Sagrado, junto con la Diosa del Tiempo y la Trifuerza Inversa. Entonces, fue cuando divisaron a las Diosas de Oro, apuntando con un arco hacia la el portal.

-Gigante del Norte: ¡¡¡¿¿¿QUÉ CREEN QUE HACEN Y QUIENES CREEN QUE SON???!!!

-Din: ¡¡¡SOLO IMPEDIMOS QUE SU PUEBLO NOS INVADA!!! ¡¡¡¿¿¿ALGÚN PROBLEMA???!!!

Y sí, la flecha impactó directo en la Torre de Piedra, invirtiéndola, y cambiando el rumbo del portal...

-Keeta: ¡¿Qué ha sido ese ruido?! ¡Aaaaahhhhh!

-Soldado: ¡Capitán... Señor... La torre... Se invierte!

-Keeta: ¡Esto debe ser obra de las Diosas de Oro! ¡¡¡Atraviesen ese portal, rápido, y penetremos a Hyrule antes de que pase algo peor!

Velozmente, el ejército atravesó el portal, pero no era lo que esperaban encontrar...

-Keeta: Uuuummmhh... esto no parece Hyrule, no es como los Cuatro Gigantes lo describieron...

-Soldado: Señor, creo que estamos en el Inframundo.

-Keeta: ¡No puede ser! ¡Las Diosas de Oro nos enviaron al Inframundo! 

-Soldado: Ya, pero hay un problema, ¡No podemos volver!

-Keeta: No se preocupe Soldado, organizaremos una expedición para encontrar el otro lado del portal.

Tras horas y horas de caminar...

-Soldado: ¡Señor! ¿Qué es esa máscara?

-Keeta: No lo sé, pero quizás nos sea útil.. Momento... Esa luz a lo lejos... ¡Es el portal!

Pero de pronto, salieron de la tierra un par de gusanos gigantes, y sus intenciones no parecían buenas...

-Solado: ¡Capitán, se aproximan enemigos! 

-Keeta: ¡¡¡TODOS A CUBIERTO!!! ¡Utilizaré los tesoros de la Familia Real de Ikana!

Sin embargo, el ser gigante no ayudó a Keeta. Aunque conservó el Escudo de Espejo, la Máscara de Gigante salió despedida por los aires...

-Keeta: ¡He perdido la Máscara de Gigante! ¡Salgamos de aquí con la máscara extraña y el Escudo de Espejo!

El ejército de Ikana abandonó el Inframundo. Pero no lo hacían solos... Los acompañaba un demonio muy especial... Uno que estaba dentro de la Máscara de Majora...

Continuará...

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